5 hábitos de la TARDE con la ENERGÍA
- Matias Castro
- 19 nov 2022
- 4 Min. de lectura

📸: @bellahadid
La caída de la tarde, algunos días, golpea más fuerte que otros. Querer aumentar la energía a media tarde generalmente se traduce en algo más específico: el deseo de mejorar tanto el enfoque como la alerta, para influir en nuestra productividad y rendimiento en la tarea en cuestión. Los cinco hábitos a continuación se pueden aprovechar para lograr precisamente eso. Cada uno utiliza una acción diferente para atenuar las calmas de la tarde: estabilización del azúcar en la sangre, sincronización inteligente de la secuencia de trabajo basada en la biología circadiana, excitación autónoma a través de la respiración, descanso profundo sin dormir y aumento del flujo sanguíneo.
Sigue leyendo para ver cinco trucos para aumentar tu energía durante la tarde.
1: Vaya sin carbohidratos en el almuerzo (reservarlos para más tarde)
El volumen de alimentos, el tiempo de los alimentos y los tipos de alimentos consumidos en el almuerzo son variables que se pueden ajustar para mitigar la inmersión a media tarde.
Para aquellos que luchan por mantener su energía y concentración a media tarde, una de las primeras variables que sugiero manipular es eliminar los carbohidratos que no contienen vegetales de su almuerzo (comidas compuestas solo de verduras, proteínas y grasas saludables). La razón principal es que la mayoría de nosotros no estamos necesariamente sintonizados en cómo nuestras comidas afectan nuestro azúcar en la sangre, y cómo eso influye o exacerba la somnolencia postprandial y la letargo. Este pequeño cambio por sí solo puede ser suficiente para marcar la diferencia. Si no, experimente con las otras variables a continuación: el momento de la comida y el volumen/cantidad de alimentos ingeridos.
La forma en que cada cuerpo procesa y responde a las comidas es única, por lo que la clave aquí es jugar con algunos ajustes y convertirse en un observador de su propio sistema para determinar qué funciona mejor.
Consejo adicional: ¿Cuál es el hábito más básico que suele ser siempre el último en ser priorizado? Hidratación. Muchos de nosotros nos enstruyamos tanto en el trabajo/vida diaria que es fácil pasar toda la tarde sin un sorbo de líquido. Pero incluso una ligera deshidratación puede influir en el rendimiento cognitivo por la tarde y, para algunos, puede agravar su vulnerabilidad a los dolores de cabeza. Ancla tu consumo de agua a los hábitos preexistentes para que, naturalmente, se convierta en parte de tu rutina. No se trata de contar las tazas per se, solo usa el color de tu orina para determinar lo que tu cuerpo necesita (debe ser de color amarillo pálido, como la limonada).
2: Alinea tu secuencia de trabajo con tu biología
Este es un hábito que se subestima y rara vez se discute. Se trata de trabajar con su flujo de energía natural, sin resistirlo.
Las tareas y la carga de trabajo se pueden alinear con la biología cableada del cuerpo y las variaciones innatas en el ritmo circadiano a lo largo del día. Es normal que nuestra alerta disminuya a media tarde, normalmente alrededor de las 12-3 p.m. Dada esta previsibilidad, reserve tareas durante el "diplo" que requieren menos carga cognitiva o que sean menos exigentes cognitivamente, aquellas que se pueden completar más o menos fuera de secuencia. La clave es programar su flujo de trabajo de una manera inteligente que esté anclada a su biología. Esto, a su vez, significa que también estarás optimizando el momento en que estás funcionando en tu apogeo, para que puedas aprovechar al máximo esas sesiones de trabajo.
3: Concéntrate en el control de tu respiración
Se pueden aprovechar varias modalidades de respiración para aumentar la excitación autónoma, específicamente la alerta, para la tarea en cuestión. Uno de esos métodos, aunque ciertamente no es el único, ha sido popularizado por Wim Hof: su técnica de respiración implica la hiperventilación cíclica seguida de la retención del aliento. Por lo general, se combina con una inmersión ambiental extrema (por ejemplo, temperaturas bajo cero), aunque ciertamente no tiene por lo necesario. Para recibir todos los beneficios de esta técnica respiratoria, considere la posibilidad de utilizar un vídeo guiado para replicar el tiempo y la secuencia recomendados.
4: Descanso profundo sin sueño (NSDR)
Si tu energía es tan baja que literalmente no puedes funcionar, en ese momento ni siquiera vale la pena bajar un espresso doble por la tarde para pasar. Eso es solo un mero intento de anular lo que tu cuerpo realmente necesita.
Es mejor que te tomes un descanso de 20 minutos (en casa o en la oficina si alguna de las opciones está disponible para ti) para acostarte y utilizar NSDR/Yoga Nidra, lo que puede ayudarte a ganar un segundo viento y aumentar tu concentración por el resto del día. (Si realmente te quedas dormido durante estos 20 minutos, más poder para ti). Mejor aún, algunas investigaciones han encontrado que tanto la NSDR como las siestas de la tarde, tan cortas como 20 minutos, pueden mejorar la neuroplasticidad; se ha demostrado que aquellos que participan en cualquiera de los regímenes tienen un mejor rendimiento en las pruebas de memoria más tarde ese día. (Algo que puedo dar fe personalmente durante la escuela de posgrado).
Naturalmente, este consejo no es aplicable a todo el mundo. Depende en gran medida de varios factores: el trabajo que tienes, el entorno en el que trabajas o cómo está organizado tu estilo de vida actual (escuela, demandas familiares, otras obligaciones).
5: Cambiar de entorno y hacer que la sangre fluya
Cambiar su entorno es una forma simple y efectiva de revitalizarse durante la mitad restante de la tarde cuando las reservas de energía se están agotando. Esto no significa tomar un descanso y caminar desde el escritorio hasta el comedor. Esto significa salir para moverse. Si el tiempo es limitado, una breve caminata rápida de 10 a 15 minutos es todo lo que se necesita, lluvia, brillo o nieve, para ayudar a superar las calmas de productividad a media tarde.



